Estamos ante el último vestigio del antiguo convento de frailes agustinos de Jérica. Fue fundado en 1570 y a esta época corresponde la arquitectura de la iglesia, de una nave con ábside poligonal y capillas entre contrafuertes. Su estilo es un gótico retardatario, con detalles ya renacentistas, por ejemplo en las delicadas claves con mascarones de las bóvedas estrelladas de las capillas, o en algunas ménsulas acanaladas. Más avanzada estilísticamente es la portada principal, puramente manierista, con abertura de arco de medio punto decorado con puntas de diamante encajonadas, entre pares de columnas acanaladas y frontón partido que aloja un pequeño nicho.
A destacar la riquísima decoración barroca subsistente, basada en frutas, conchas, angelitos, guirnaldas y un aplio repertorio de motivos. Fue hecha sin duda a finales del siglo XVII o principios del XVIII y se puede relacionar con la que decora el ábside de la iglesia parroquial de santa Águeda en este misma población.
La destrucción de dos tramos de la nave y el coro elevado en la pasada guerra civil, provocó su reciente restauración en base al añadido de superficies de madera sobre estructura de hierro, después de un largo periodo de abandono en que sirvió de almacén y otros usos inadecuados..
El Museo Municipal de Jérica nace en 1946 ante la necesidad de recopilar y reunir en un recinto adecuado una serie de objetos arqueológicos y etnológicos que se encontraban esparcidos por la villa y su entorno.
El 18 de octubre de 2014 se inaugura la actual sede del Museo Municipal, un edificio moderno con espacios amplios para poder exponer sus fondos. Cuenta con 700 metros cuadrados de espacio para exposición divididos en 3 plantas. El inventario actual cuenta con más de 500 registros.